Caminaba por un desierto
a la izquierda vi un grillo
y una rueda de granito
de olor a palma joven
En el aire oía voces
luces de ventisca
sangre allende las ventanas
recorriendo un sendero de lluvias
Caminaba por un desierto
buscaba algo de calor
las piernas se rompían
como agujas
El grillo ya eran mil grillos
ya era una epidemia
las voces callaban
la luna rota en siete partes
Esa era mi morada
ahí bailaba con los duendes
luego y no antes o después
ahora tengo alma
1 comentario:
que bien! empecé a oler todo, a sentir el frio verde de la paz, a escuchar la melodia de la noche que no hace un falso silencio... fue como un abrigo, me dio un de ja vu de unita... que hermoso
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